A continuación de la represa, existe un Complejo Turístico
llamado las Siete Cascadas. Que no siempre son siete, pues están formadas por
las aguas que vierte el dique y dependen del caudal del río, muy variable según
el régimen de lluvias. Lo cierto es que el sitio es realmente paradisíaco. A la
belleza visual del paisaje se une el cantarín rumor de las aguas fluyendo
alegremente entre los peñascos, más el trinar de las numerosas y variadas aves
que pueblan el bosque. A esos placeres se le agregan los aromas dulzones y
frescos de la vegetación. Una maravilla de lugar. Hay allí servicios varios
para los turistas: piscinas, locales gastronómicos, mercadillo de artesanías,
etc.
De su belleza visual no tengo mucho que decir, basta con las
imágenes que ha captado la cámara. Ellas se bastan por sí solas para dar una
idea de lo hermoso del Balneario. El recorrido lo hice desde las primeras
caídas de agua, ubicadas en la zona Norte del Complejo y he seguido el curso
descendente del río hasta el fin del predio, en la zona Sur.
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